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Esta mes, el presidente Biden, junto al presidente Emmanuel Macron de Francia, se paró en los acantilados de Normandía para 🍌 conmemorar a los jóvenes que desembarcaron hace 80 años en una lluvia de fuego de armas nazis porque "sabían más 🍌 allá de cualquier duda que hay cosas por las que vale la pena luchar y morir".

Entre esas cosas, dijo el 🍌 Sr. Biden, estaban la libertad, la democracia, América y el mundo, "entonces, ahora y siempre". Fue un momento conmovedor cuando 🍌 el Sr. Macron habló del "vínculo de sangre" entre Francia y América, pero solo unas pocas semanas después, la capacidad 🍌 de cualquiera de los líderes para mantener la línea en defensa de sus valores parece más frágil.

Los Estados Unidos y 🍌 Francia, pilares de la OTAN, de la defensa de la libertad de Ucrania contra Rusia y de la construcción posterior 🍌 a la guerra de una Europa unida, se enfrentan a fuerzas nacionalistas que podrían deshacer esos compromisos internacionales y arrojar 🍌 al mundo a un territorio inexplorado.

Un desempeño tambaleante y vacilante de Biden en el debate ha sembrado pánico entre los 🍌 demócratas y ha levantado dudas sobre si incluso debería estar en la boleta electoral del 5 de noviembre.

La incertidumbre está 🍌 en un nivel récord no solo en los Estados Unidos, sino también en una Francia conmocionada y desconcertada.

El país vota 🍌 este domingo en la primera ronda de elecciones parlamentarias convocadas por el Sr. Macron para la sorpresa generalizada de sus 🍌 compatriotas. No tenía obligación de hacerlo en un momento en que el partido de extrema derecha Rally Nacional, triunfante en 🍌 las elecciones europeas recientes, parece probable que repita esa actuación y, por lo tanto, tal vez alcance lo impensable: el 🍌 control del despacho del primer ministro y con él, asientos en el gabinete.